El proceso de desengrasado por vapor generalmente se lleva a cabo en una cámara o tanque cerrado con dos secciones distintas. La sección inferior contiene el solvente, mientras que la sección superior contiene las piezas a limpiar. El solvente se calienta hasta su punto de ebullición, creando vapor que se eleva y entra en contacto con las partes sucias. A medida que el vapor se condensa en las superficies más frías de los componentes, se licua y disuelve eficazmente los contaminantes. Luego, la gravedad hace que los contaminantes disueltos se drenen de las piezas y se asienten en el fondo del tanque.
Las principales ventajas del desengrasado con vapor son su capacidad para eliminar los contaminantes persistentes de manera completa y rápida, su compatibilidad con varios materiales y su consumo de energía relativamente bajo en comparación con otros métodos de limpieza. También es un proceso de circuito cerrado, por lo que el solvente se recupera y se usa una y otra vez. Además, el proceso se puede automatizar para aplicaciones industriales a gran escala, lo que lleva a una mayor productividad y consistencia en los resultados de limpieza.
Para obtener más información sobre el desengrasado con vapor, consulte "Desengrase Por Vapor: La Guía Rápida".
